Muchas personas, sobre todo hoy en día, se plantean la posibilidad de emprender. Sobre todo, porque las largas jornadas laborales, el tratar con clientes o jefes, no es algo que los atraiga mucho. La verdad es que la virtualidad ha ayudado en gran medida a que una gran cantidad de personas se independicen y comiences sus propios negocios, generando grandes ganancias sin tener que depender de una empresa.
Sin embargo, no todo es un camino de rosas. Si bien volverse autónomo te brinda una gran cantidad de ventajas, las cuales veremos a continuación, la verdad es que también pone una gran presión sobre tus hombros. Por eso, debes saber cuál es el camino que eliges antes de decidir irte por él. En el siguiente texto te hablaremos de las ventajas y desventajas que trae el convertirse en autónomo.
Ventajas
Mayor autonomía
Cuando decides emprender, la ventaja principal es que eres tu propio jefe y que, por lo tanto, tienes mucha más autonomía a la hora de tomar decisiones. Además, tienes más flexibilidad en el horario y mayor independencia financiera y, aunque esto implica mucha más dedicación, la presión no es la misma cuando no dependes de nadie más que de ti.
Trabajar en lo que te gusta
Encontrar un trabajo ideal no es tan sencillo, pero cuando montas tu propio negocio suele ser de lo que más te gusta, y esto hace que tengas más posibilidades de lograr el éxito que buscas. La pasión por el trabajo hace que luches por superar tus metas y conseguir todo lo que te propongas.
Crecer profesionalmente
Ser jefe no es algo sencillo, ya que tienes que hacer muchas más tareas de las que harías en cualquier otro puesto de trabajo. Sin embargo, tanta dedicación tiene su lado positivo, y es que adquirirás nuevas habilidades profesionales, como la iniciativa y la capacidad de formar tu propio equipo.
Desventajas
Riesgos económicos
El éxito o fracaso de una empresa depende en gran medida de factores externos, por lo que nadie te garantiza que creando tu propio negocio podrás alcanzar el éxito. Por ello, es importante que organices los ingresos de forma responsable hasta que obtengas una estabilidad financiera.
Mayor dedicación
Ser emprendedor hace que tengas mucha más carga de trabajo, sobre todo los primeros meses. Emprender implica ser capaz de desarrollar varias tareas al mismo tiempo y ser lo más productivo posible, así como estar al mando de todas las decisiones que se toman en la empresa. Por lo tanto, la dedicación es mucho mayor cuando el negocio es tuyo.
Preocupación constante
La incertidumbre de no saber cómo irá el negocio hace que aumente la preocupación y el estrés y que éstos sean constantes. Si quieres emprender, debes valorar si tu carácter es capaz de soportar esa presión.
Difícil desconexión
Ser el dueño de un negocio hace que tengas más dificultad para desconectar plenamente cuando estás de vacaciones, ya que los profesionales autónomos son los responsables de todas las decisiones de la empresa y, por tanto, tienen que estar siempre al día.
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